2.4.10

Poetas Séptimo Encuentro - Mateo Morrison

Mateo Morrison. Nació en Santo Domingo, República Dominicana, en 1946. Dentro de la historia literaria dominicana, corresponde a la Generación de Postguerra. Licenciado en Derecho. Es el primer dominicano egresado en Administración Cultural. Estudió en el Centro Latinoamericano y del Caribe para el Desarrollo Cultural de Venezuela.

Ha sido profesor en los niveles secundario y universitario. Ha recibido la distinción Salomé Ureña de Henríquez que otorga la Secretaría de Estado de Educación y la distinción de la Cámara de Diputados por su labor cultural. Es Presidente Fundador de Espacios Culturales y fundador de la Unión de Escritores Dominicanos. Fundador del taller literario César Vallejo. También fue fundador de la revista Extensión de la UASD. Es miembro del Colegio Dominicano de Periodistas, del Colegio de Abogados de la República Dominicana y de la Unión de Escritores Dominicanos.

Dirigió el Departamento de Cultura de la UASD, recibiendo por esta labor cinco reconocimientos durante diversas gestiones, entre ellos, el Premio al Trabajador Universitario. Además ha sido Director de Formación y Cooperación Técnica del Consejo Presidencial de Cultura y Presidente de esta entidad, Director General de Formación y Capacitación de la Secretaría de Cultura, Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Cultura, cargo que ejerce en la actualidad, Consultor Cultural del Secretario de Estado de Cultura, Consultor en Animación Sociocultural de las Naciones Unidas para el Plan Decenal de Educación de la Secretaría de Educación y Asesor de siete rectorías de la UASD. Fue miembro del Consejo Universitario de la UASD y Presidente de los Organismos Académicos Comunes de esa institución. Dirigió durante 20 años el suplemento cultural Aquí. Coordinador general del Encuentro Internacional de Escritores Pablo Neruda y del Encuentro Nacional de Organizaciones Culturales Populares. En 2009 recibió en Ohio el título de Doctor Honoris Causa en Humanidades por la International Writers Asociation. Conferencias y recitales, Encuentros Mundiales de Cultura y Poesía, Encuentros de Escritores y Literatura, Festivales Culturales, Reuniones de Ministros y Altas Autoridades de Cultura y otros eventos en México, Panamá, Cuba, Venezuela, Jamaica, New York, Puerto Rico, Estocolmo, Barcelona, Pekín, Shangai, París, Haití, Corea, Trinidad y Tobago, Colombia, Chile, Perú, Martinica, Guadalupe, Ecuador, Benin, Rumania, Canadá, entre otros. El 26 de enero le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura 2010. En la actualidad es Viceministro de Cultura. Su obra literaria ha sido traducida al inglés, francés, chino, coreano, hebreo y rumano. Ha sido incluido en numerosas antologías.

Ha publicado:
POESÍA: Aniversario del dolor. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1973. Visiones del transeúnte. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1983. Si la casa se llena de sombras. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1986. Visiones del amoroso ente. Santo Domingo: Editora Taller, 1991. A propósito de imágenes. Editora Taller, 1991. Nocturnidad del viento/Voz que se desplaza. Santo Domingo: Editora Búho, 1996. 30 años de poesía y otros escritos. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo, 1999. Dorothy Dandridge. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo, 2006. Poesía I (en colaboración con Andrés L. Mateo y Rafael Abreu Mejía). Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1971. Soliloquio desnudo y otros poemas. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo, 2007. Difícil equilibrio. Santo Domingo: Editora Ángeles de Fierro. Espasmos en la noche. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo, 2007. Antología. Las palabras están ahí. Santo Domingo: Editora Búho, 2008. Poesie d’Amore. Giovanne Holden Edizioni, 2009. Mateo Morrison: Estático en la memoria y otros textos, Editora Búho, 2009. 
NOVELA: Un silencio que camina. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo, 2007.
ENSAYO: Política Cultural en República Dominicana: Reto inaplazable. Santo Domingo: Editora Espacios Culturales. La cultura en los barrios, Nivel I (en colaboración). Santo Domingo: Editora Consejo Presidencial de Cultura. La cultura en los barrios, Nivel II (en colaboración) Santo Domingo: Editora Consejo Presidencial de Cultura. Hacia una política cultural para el diálogo y la concertación. Santo Domingo: Editora Dialogo Nacional. Hacia una radiografía de la cultura dominicana contemporánea. Santo Domingo: Editora Universal. La transformación curricular en el área de animación sociocultural (en colaboración). Santo Domingo: Editora Secretaría de Estado de Educación. No olvidar a los poetas. Santo Domingo: Editora Universidad Autónoma de Santo Domingo. Derecho y Relaciones Internacionales. Santo Domingo: Editora Búho.


PASAJERO DEL AIRE

Ahora sí me voy, montado en tu silencio, atravesando las palmas que me sombrean el mundo. Ensillaré el caballo que derribó a mi abuelo, quien trató de escapar de los grilletes de la esclavitud. Ahora sí me voy, orillando  los polos, el del Norte y del Sur, en un navío de árboles. Me iré en ese tren en el cual las miradas de quietos pasajeros te hacen sentir distinto. En una estrella nueva, prometo que me iré, adherido a su luz. En una embarcación iré, con su tanque de lastre librado de guardianes. En uno de los navíos que llegó a Troya. En el último espacio libre del Arca de Noé. Me montaré en el primer asno que visitó el sagrado pesebre. En la botella que tiró al mar el poeta, pasearé por todos los océanos. Mitigaré mi hambre de sueños en las pampas y retomaré el aliento de vida en una incursión infinita a través del Amazonas. En la punta de un avión sin piloto me trasladaré. En el barco en que los patriotas se despidieron en el Ozama, acusados de traición. En el primer vuelo hacia un planeta recién descubierto, haré mi travesía. En cualquiera de las tres naos que nerviosas arribaron a estos lares, me mudaré hacia otras tierras florecidas de nieves. En el ojo del huracán me iré a descubrir las islas de un mar casi invisible. En uno de esos galeones donde mis ancestros desde el mar contemplaron alejarse sus tierras. En la goleta que desafió el tsunami y siguió navegando hacia una tranquila playa. En el claro estallido de un volcán, yo me iré, danzando entre sus ríos de lava incandescente. Subido en un camello, mojándome de sol. En una embarcación cargada con púrpura y cristales me iré con los fenicios. Cabalgando en el lomo de una ballena jorobada, navegaré las misteriosas ondas que aceleran y duplican el mundo desde la Internet. Colgado de una cuerda que oscile sobre el orbe, caeré en el río en cuyas raudas aguas Heráclito nadó una infinita vez. Montado en el sonido que emitió la vía láctea. Por el grito que anuncia el parto de una nueva criatura, yo juro que me iré. Entre aullidos, balidos, lentos mugidos, cruzaré los campos. Por el sonido que producen las raíces al expandirse en la tierra. A través de la Muralla china aprehenderé los misterios de Oriente y su arte. En un deslizamiento por la Cordillera Central dormiré una siesta inolvidable. En una bicicleta adornada de flores recorreré el universo. En la gota de agua que define al rocío y lo puebla de enigmas. En el ataúd que pasa envuelto en la bandera. En un triciclo lleno de frutas. En el oleoducto, que como río subterráneo atraviesa las piedras poblándolas de vida. En un camión cruzando la frontera con indocumentados, una madrugada de diciembre. En una lancha rápida burlaré los asedios de la aurora. Me iré, aunque dure los 25 millones de años que necesitó el Homo habilis para hacerse neandertal, y continuaré por las distancias que recorrió a través de vientos y superficies multicolores hasta que el ser humano arribara al Neolítico para poblar las diversas regiones de la tierra. Veré la  extinción del Mamut y los dinosaurios. Auscultaré en el Nilo, el Tigris y el Éufrates, la confección de los tejidos, el desarrollo de las artes y el despertar de las civilizaciones. Iré entre las hormigas, y cumpliré mi castigo por violentar las leyes del tiempo y del espacio. Desde África, Persia, Asia Menor y Turkistán observaré la caída del último vestigio de los sueños. Inventaré el calendario solar de los aztecas que regula el tiempo de la siembra y la cosecha del maizal divino. En el monte Sinaí presenciaré cuando Moisés recibe la tabla donde fueron escritos los diez mandamientos. Me recostaré rodeado de paz frente a la estatua de Buda y reinventaré con respeto la imagen invisible de Mahoma. Saltaré sobre los techos horizontales y las bóvedas semicirculares del arte medieval. Me detendré en la inauguración de las olimpíadas, y Fidias me guiará para admirar la Estatua de la Noche en el templo de Artemisa. Desde la sombra de Aquiles en Macedonia me iré a ver al hijo menor de Príamo haciendo el amor con la esposa de Menelao,  y buscaré un asiento en la expedición organizada por los griegos; contemplaré la ligereza de Aquiles y los suspiros de amor de Helena, acariciada hasta iniciar la hermosa guerra. Entraré con Ulises a Ítaca a través de mares y litorales tras haber cultivado la paciencia, donde Penélope me espera después de veinte años. Veré a Prometeo encadenado y sobre su tragedia lloraré cual actor solitario frente a un coro en escena. Siguiendo las huellas de un canguro me iré a contemplar el nacimiento de los animales más extraños. A través de un murciélago cruzaré por las cuevas en una noche de mil años. En la última nave enviada al Sol me iré rumbo a los rincones más lejanos de este vasto universo, divisaré la Tierra como un grano de arena, más allá de los astros que jamás percibimos. En las alas de las mariposas de San Juan arribaré a la Sabiduría, por las rutas trazadas por Platón y Aristóteles. Caminaré los versos de una oda de Horacio, conoceré a todos los que han hallado el laurel y la muerte. Tomado de la mano de las servidoras de misterios buscaré las cenizas amadas que custodia el barón del cementerio. Tomaré la vía conducente al lugar donde Dante, seguido de la silueta de Virgilio, arriba al infierno, al purgatorio y hasta el paraíso, donde la bella Beatriz Portinari le acompañará. Sacudiré códices en la biblioteca de Alejandría. Descenderé por la senda de los faraones a contemplar la batalla entre Horus y Set y podré presenciar entre las hierbas el origen de los cereales. Me trasladaré con arco y flecha a cazar venados en montes neblinosos. Tomaré el asiento en el que Rosa Parks entró en la eternidad. Tocaré los barrotes en los que Nelson Mandela logró la libertad de todo un pueblo. Escucharé el silbido de la onza de plomo que atravesó la vida de Martín Luther King. Tocaré con mis manos incrédulas las amargas sustancias que hicieron perecer a Sócrates y a Marilyn Monroe. Con la última gota de sangre que derramó Mahatma Gandhi y la piel de los cristianos en el circo yo escribiré la historia. Recorreré como un fantasma a toda Europa. Marcharé a Wall Street a contemplar el surgimiento de la crisis mundial. Permaneceré en ayunas en la Basílica de San Pedro, y me iré en una góndola a conocer Venecia. Me detendré en París tras recorrer ciudades de cinco continentes. Montado en Rocinante llegaré hasta los campesinos que crean con sus brazos trigales y viñedos. Pasajero del aire sentiré la variación del clima y el deterioro del ecosistema. En el Mar Negro conversaré sin legiones romanas con el poeta Ovidio. Perdido en la magia de un Haiku, comprenderé que el arte reinventa la naturaleza. En un caligrama de Apollinaire captaré cómo la poesía reescribe la pintura. Emprenderé la ruta que inició el Granma en México, para encauzarse hacia la mayor de las Antillas. Recorreré la vía diseñada desde el Sputnik hasta que Neil Armstrong instaló la presencia humana en los anillos de la Luna. Me enlistaré en el ejército que completó la hazaña de los 10,000 kilómetros en la gran marcha. Me sentaré a llorar, desde una isla despoblada, los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki. Miraré desde la Estatua de la Libertad y el Palacio de la Moneda a los caídos del 11 de Septiembre. Abrazaré cada uno de los cadáveres de los niños y niñas bombardeados en la franja de Gaza y sentiré el pánico de las madres en la frontera con Israel. Atraído por los roncos sonidos me iré al centro de África para disfrutar la creación del tambor. Porque no puedo ser solamente una estatua que respira. Por eso, el silencio congelado me invita a recorrer nuevos caminos. Juro que me iré. En el sonido de una voz que reconozca la mía. Detrás de una sonrisa que interrumpa este sueño. Aseguro que me iré a  través de todas las experiencias amatorias, desde el Kamasutra hasta El Arte de Amar, en esta mañana donde nuestros cuerpos inventaron una sola existencia. A pesar de todo, juro que me iré.

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