9.5.10

Poetas Séptimo Encuentro - Alpidio Alonso


Nació en La Dalia, Yaguajay, Sancti Spíritus, Cuba, el 5 de noviembre de 1963. Ingresó a la Asociación de Escritores de la UNEAC en 1998. Entre 1995 y 2000 trabajó como editor y dirigió la editorial Sed de Belleza en la provincia de Villa Clara. También allí, fundó y dirigió el boletín cultural Entrepáginas. En 1998 fue igualmente fundador y escritor del programa radial de promoción de la poesía La Casa del Fabulador, en la Emisora Provincial CMHW de Villa Clara. En 2001 fundó la revista de arte y literatura Dédalo, publicación en la que se mantuvo como Director hasta el 2006.

Ha publicado los siguientes poemarios:
La casa como un árbol, Editorial Sed de Belleza, Santa Clara, 1995; Alucinaciones en el jardín de Ana, Editorial Capiro, Santa Clara, 1995; El árbol en los ojos Editorial Reina del Mar Editores, Cienfuegos, 1998; Ciudades del viento, Premio Calendario 1999. Casa Editora Abril, La Habana, 2000; Tardos soles que miro Casa Editora abril de 2007.

Obras suyas aparecen recogidas en importantes antologías de poesía cubana. Las más representativas son:
Nuevos poetas cubanos, Colección Pinos Nuevos, Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1994 Nuevos juegos prohibidos, Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1997 Toda luz y toda mía, Ediciones Luminaria, Sancti Spíritus, Cuba, 1995 Poesía espirituana, Ediciones Luminaria, Sancti Spíritus, Cuba, 1994 De tu reino la ventura, Proyecto Martiano, 2003 Silvio: te debo esta canción, Ediciones Santiago, Santiago de Cuba, 2004. También es autor de la compilación: El tiempo está a favor de los pequeños (Versos cubanos para Roque Dalton) Editorial Letras Cubanas, La Habana 2008.

Colaboraciones suyas han aparecido en varias publicaciones cubanas y extranjeras: revista Umbral, suplemento cultural Huella, suplemento cultural Vitral, revista Quehacer, revista El Caimán Barbudo, revista La Gaceta de Cuba, revista La Letra del Escriba, revista Honda, suplemento literario El Tintero, revista digital La Jiribilla, periódico Juventud Rebelde, periódico Granma, entre otras.


RONDA

Para Madelín Pérez Noa,
eterna niña con pincel.

En el centro del cuadro hay abierta una flor.
Sobre la flor,
Un mar cercado por sus pétalos blancos.

En el pequeño mar
flota una pelota:
amarilla, infantil,
casi gigante.
(¿Es una pelota
o es barco?)

Sobre ella
está parado un niño:
pequeño príncipe
que, descalzo un pie,
en su última travesura,
eleva hacia nosotros
uno de sus zapatos.
Lleva una boina oscura
Con estrella.

El resto es luz; aquella luz
de encandilante rayo,
que solo por momentos deja ver,
o mejor, escuchar,
la ronda que hacen
los pájaros alzados,
otros niños,
las casitas humildes
tras los árboles,
el arco de colores, la hierba, los insectos,
mil criaturas del viento,
una flor que se dobla,
y un caballo.

De: Tardos soles que miro. Casa editorial abril, La Habana, 2007.


CISNE SALVAJE

Confórmate con su salvaje lejanía
Con su ajena belleza.
Luis Rogelio Nogueras
Aunque tú no lo sepas,
eres ya mía, muchacha ensimismada
en la ventanilla de este tren
en que viajamos juntos.
Yo te miro en la fila opuesta:
distraída en lo hondo del paisaje,
y es como si de toda la vida te conociera.
Puedo apostar a que adivino
lo que estás pensado.
Tú no lo sabes,
pero nunca para mí la felicidad
se parece a este momento
en que te contemplo:
ausente de todo,
niña en tu soledad,
de nosotros ida,
despojada de toda música
como no sea la de tu simple belleza,
intocable allí en tu ventanilla, como si nada,
cual si fuéramos los únicos
pasajeros de este tren infinito
donde ahora te poseo
y siento piedad por los que nunca
merecieron un momento así,
y donde me obligo al silencio,
(no me muevo caso)
Para no despertarte,
Para que se demore tu letargo
Y que tu infancia dure;
No vaya a ser que levantes vuelo,
No sea que con un gesto se derrumbe
Toda la eternidad
Que es este instante.

De: Tardos soles que miro. Casa editorial abril, La Habana, 2007.

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